lunes, 14 de septiembre de 2009

Abril


Abril comenzaba a despertar con el canto de los gorriones.
En su seno maduraba la vida, como ese otoño que doraba el entorno.
Con un llanto leve saludaste la vida. Nos renovaste la vida.
En los ojos de mi niña-madre se instaló el asombro.
Y fue toda abrazos y ternuras...
Ella que nunca jugó con muñecas... ella que apenas dejaba la edad de las muñecas...


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